miércoles, 29 de octubre de 2008

Que mundo generoso!!!

Increíble. “Anbilibulum” diría un amigo al que la palabra “unbelievable” le resulta totalmente impronun… impronuc… impronus… bueno ya, un amigo que no la puede pronunciar. Hoy estaba tan pero tan aburrido intentando curar mi desempleo crónico, que me puse un rato a leer el diario en Internet. De más está decir que por mucho que busqué una solución práctica a mi “problemita laboral” (es mucho menos deprimente de ese modo. Suena mucho mejor que “desempleo”, es como la sutil diferencia entre “Persona de baja talla” y “Enano”) por el momento, no encontré ninguna. Es más, en mi búsqueda, me encontré con lo último, con lo TOP, con lo más alto y novedoso en tecnología de reclutamiento laboral, aplicado por los cerebros más astutos de los “caza-talentos” mundiales, actualmente al servicio del empleo joven por excelencia desde que McDonalds y el payaso salido de una película de terror que lo promociona, dejaron de ocupar ese trono. Pues ni más ni menos que los famosos “Call Center”. Aparentemente, después de años de arduos estudios acerca del comportamiento humano en condiciones de “Argentinidad”, (es decir, con la necesidad de un trabajo de no muchas horas diarias, que si bien no alcanza para auto-gestionar la propia existencia, alcanza, si y solo si es complementado con una serie de artilugios pseudo comerciales llamados “changas”, para bancar la posibilidad de, por ejemplo, estudiar) dieron con resultados que les permitieron poner en práctica la que ellos mismos dieron en llamar, una “brillante solución”, (o como es conocida puertas adentro, "con ésta los cagamos a todos") para atraer cada vez más y más lectores a sus anuncios clasificados. Por simple que parezca, conllevó años de insomnes jornadas de esfuerzo intelectual. La solución se basó en una conclusión que arrojaron los estudios realizados a partir de los relatos de gente que como yo, buscando trabajo con la brújula incorrecta, llegamos a manifestar alguna vez, que nos gustaría hacer “no sé bien qué, … pero algo que sea creativo, viste?…” y ahí nomás la oreja incorrecta escuchó la frase correcta. A partir de entonces, una estructura malvada parece haberse apoderado de las búsquedas laborales online. Pues las empresas de anuncios clasificados laborales a través de Internet, suelen ofrecer la posibilidad de incluir palabras clave en la búsqueda. Es decir, si mi búsqueda está orientada a empleos relacionados con, digamos la aeronáutica, pongo esa palabra en el espacio correspondiente, y todos los avisos relacionados, deberían aparecen en pantalla. ¿En que consiste entonces la “Brillante solución”? Ni más ni menos que en incluir la palabra “Creativo” o “Creatividad” en cuanto aviso para un trabajo pedorro esclavizante y enajenante se les pueda ocurrir. De esa forma, cuando un cyber-perejil como yo, cree estar a punto de realizar una búsqueda congruente con sus intereses más profundos, decide incluir la palabra “creatividad” en la búsqueda, y avisos como este aparecen en pantalla…

"…Persona, creativa, altamente combativa, con marcado perfil comercial, y capacidad para trabajar proactivamente en equipo, orientada hacia el cumplimiento de múltiples objetivos…"

Lo que claramente y sin lugar a dudas, termina traduciéndose en algo como lo siguiente:

persona que, hastiada de buscar un trabajo con un poco de onda, canalice su frustración y odio contra este mundo de mierda, para vender agresivamente lo que sea que nosotros vendemos junto con muchos compañeros en idéntica situación, y más vale que vendan porque sino vuelan…”

En fin. La cuestión es que después de encontrarme muchas veces con avisos como este, decidí que era mejor ponerme a leer el diario por lo menos por un rato. Lo que sucedió es que me encontré con una noticia que decía que “John no se cuanto” (yo no se cuanto) decía que la crisis financiera actual era producto de un pésimo desempeño del sector financiero, y que aconsejaba a los gobiernos centrales, adoptar fuertes políticas regulatorias y bla bla bla. La cuestión es que este “Yo no se cuanto” fue uno de estos tipitos de traje y de mil diplomas que presionó e hizo lobby en cuanto país desprevenido pudo ubicar en el mapa, en favor de las políticas económicas que hoy desembocaron en la crisis financiera mundial que estamos presenciando. Lo increíble es que este generosísimo mundo le permita a este "yo no se cuanto" aparecer en los diarios reclamando enérgicamente y con cara de piedra que “alguien” (o sea, alguien que no sea él mismo) tome medidas y solucione los problemas que “él mismo” ayudo fervientemente a crear, profundizar, y ahora, en ultima instancia, a transferir(nos). Lamentablemente, la vida no funciona así para todos. Si fuera así, yo estaría en este mismo momento, reclamando a viva voz, que “alguien” (o sea, no yo) se haga cargo de explicarle a mí doctor, porqué cuando en mi hoja de dieta decía galleta de arroz, yo entendía paquete de alfajores jorgito y tostadas con manteca y dulce.